Para proporcionar a una piscina un aspecto natural nada mejor que el efecto de unas rocas semejando una cascada por donde fluye el agua. El sonido del agua cayendo es un sonido relajante que invita a desconectar de la actividad diaria. ¿Quien no se daría un chapuzón en una piscina que parece una laguna natural? Para ello se utilizan materiales naturales como la piedra o el bambú. Una iluminación tenue y setos o palmeras redondean el conjunto. Pero sobre todo, el agua fluyendo de una cascada es lo que proporciona frescor y añade la dosis perfecta de humedad para que una piscina se convierta en un lugar para refrescarse y disfrutar.
Imágenes publicadas con permiso de stlouishomesmag.com
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