Los propietarios de este antiguo granero vieron más allá de una edificación destartalada y la convirtieron en una vivienda rústica y sencilla, sin lujos pero cómoda. Entre montañas y grandes espacios abiertos, el paisaje embaucador acabo de decidirles que éste sería su hogar, en una población sueca cercana a Bottna.
Contrataron a un carpintero artesano de la zona que reutilizó mucha madera procedente de carpinterías derruidas y las empleó para construir el suelo de madera. Las puertas de madera fueron en su día puertas de casas antiguas. Un gran trabajo de restauración que nos demuestra que es posible construir un hogar de las ruinas de otro y contribuir a la conservación del planeta.
Hoy he descubierto tu blog, y me parece un acierto. No será la ultima vez que lo visite. Ya estas entre mis favoritos.
ResponderEliminarUn saludo