Es una vieja casa de madera en el campo, cercana a Copenhage con un encanto especial. Sus casi 100 años de vida reflejan un amor por la vida tranquila y placentera. Su llamativa fachada pintada de rojo destaca a lo lejos y te adentra en un interior nórdico, blanco, con muebles antiguos y bien conservados. Grandes vigas en el techo, unas veces en su color natural y otras pintadas, suelos de madera blanqueada, grandes ventanales, techos abovedados, esta casita tiene todos los ingredientes de un hogar confortable y acogedor.
El amor por la lectura de sus habitantes queda latente en estos dos rincones de la casa.
Fuente: femina
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