¿Que mejor recompensa a una larga y dura jornada de trabajo, que meterse en la cama?. Para ello necesitamos que nuestro dormitorio sea un lugar de reposo y de tranquilidad, que nos ayude a relajarnos, y a recuperar las fuerzas. Los colores idóneos para ello son los tonos claros que se pueden combinar con algún color más fuerte para crear un espacio dinámico. Los tonos tostados son también una buena opción combinándolos con mimbre o madera. O colores grises de diferentes tonalidades que no lleguen a ser muy oscuros. Las posibilidades son infinitas, aunque lo que se ha de tener en cuenta es que sea un espacio donde podamos descansar y nos transmita paz.
fotógrafo: Scott Hawkins, Via homelife
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