No puedo evitarlo, tengo pasión por las casas de campo, es verlas y pensar en un lugar idílico, lleno de magia, de naturaleza, de detalles llenos de encanto en su interior que reflejan a menudo la tradición de sus gentes. Por eso, cuando descubrí esta maravilla de casa, situada en la población de Dronningmølle, en la costa danesa, pensé !negra por fuera, pero ... y por dentro ?
Su interior nada tiene que ver con lo que parece reflejar el exterior de la casa. Muy al contrario, sus tonos beiges y blanco roto, piezas artesanas, suelos de madera, el mimbre, nos trasladan al estilo tradicional escandinavo. El buen gusto al decorar cada una de sus estancias, (he de reconocer que casi sería perfecta si no fuera por las cabezas de animales disecados, algo muy en boga en los paises nordicos) ...
Pero por lo demás, es una extraordinaria vivienda nórdica, donde a sus grandes ventanales presentes en toda la casa, que aprovechan cada momento del día para llenar la casa de luz, se añade una decoración suave, armoniosa y muy luminosa, una casa espaciosa, llena de detalles de gran belleza, y con bellos contrastes como alguna pieza en color negro, que rompe la hegemonía de la casa para añadirle elegancia y personalidad.
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